Traducir/Translate

miércoles, 4 de abril de 2012

Y hoy me enteré…

Después de largos meses de búsqueda[1], hoy vi por primera vez esas dos rayitas que todas las mujeres que queremos un bebe soñamos con ver y que confirman que estoy embarazada. Ni siquiera sé cómo describir el momento, no sé ni qué pensé, ni que sentí. La verdad, aunque tenía mis sospechas de que estaba encinta, pensé que todavía era muy pronto para ver un resultado positivo  y me esperé ver una raya sola. Grande fue mi sorpresa cuando me acerqué al test (que por cierto era uno de estos de orina MUY baratos) y vi dos rayas. Mi primera reacción fue abrir la boca y tapármela. Luego no supe qué más hacer. Luego de los primeros segundos de shock corrí a buscar otro test, ahora uno más confiable (¡si, había comprado 4 pruebas, dos baratas y dos más serias!). Bien tranquila me fui a esperar al comedor a esperar los 3 a 10 minutos que se suponía tenían que pasar para ver los resultados…pero no me aguanté y como al minuto 5 (o quizás 3) ya estaba yo yendo a mirar el resultado: Y ahí estaba, inconfundible un “+” que significa “embarazada”. Otra vez abrí la boca y me la tapé, sentí escalofríos y, una vez más, no sabía que más hacer. Seguir haciéndome tests no me parecía una idea muy razonable. Así que me puse a pensar en cómo le daba la noticia a mi esposo: ¿lo llamaba por teléfono al trabajo, me aguantaba hasta que viniera en la noche (eran las 11am cuando me enteré), no le decía que me había hecho el test y hacíamos uno juntos mañana en la mañana (y yo me hacía la sorprendida)? Lo único que sabía es que él tenía que ser la primera persona en saber y sentí que, por apurada y por no esperar un día más, había malogrado un momento que debimos haber compartido los dos (yo sabía que a él no le importaría que lo haya sabido yo primero). Pero bueno, ya estaba hecho…



Luego de dar vueltas por el departamento por varios minutos pensando qué hacer (porque mientras todo esto pasaba yo tendía ropa recién lavada, arreglaba los documentos que acababa de traer a la casa, escribía un mail…claro, la verdad es que no hacía ninguna de esas cosas porque en realidad caminaba, me sentaba, me volvía a parar y así), decidí llamar a mi esposo. 


Cuando me contestó le pregunté si podía hablar y en el preciso momento en que me dijo que sí, me eché a llorar y, entre sollozos, le dije que estaba embarazada. Y lloraba y lloraba…supongo que de alegría, de nervios, un poco de miedo tal vez…pero lloraba…lloraba pero estaba feliz. ¡Por fin, después de tanto tiempo,  estábamos esperando a nuestro primer bebé!

Luego de emocionarnos juntos por teléfono, empezamos a bromear y a reírnos (porque ya desde el fin de semana habíamos estado hablando de la posibilidad de que estuviera embarazada y le decíamos a nuestro potencial hijit@ que se agarre fuerte) y a trazar el plan de comunicación a la familia y amigos.

Para los que no conocen a Alberto tan bien (o a mi), él es de las personas que siempre piensa en los riesgos y en las cosas que pueden salir mal (deformación profesional le llama él). Yo, por el contrario, soy de las personas que piensa que todo saldrá bien (y si no salen bien pues ya en ese momento manejo la situación). Dicho esto, se imaginarán que Alberto siempre DECÍA que el día que estuviera por llegar nuestro primer hijo, no le diríamos a nadie, NADIE, hasta después de los 3 meses, cuando ya hubiera pasado el periodo de riesgo. Yo, por el otro lado, digo que, si bien no lo publicaría en Facebook hasta pasado el peligro, si se lo diría a mi familia y mis amigos más cercanos (que, eso sí, no son pocos). No es que yo no sea consciente de los riesgos del primer trimestre, de hecho conozco a muchas mujeres que han sufrido pérdidas en este periodo, pero mi teoría es que el que la gente lo sepa o no, no hace más o menos probable una pérdida (cosa que espero no me suceda) ni más o menos difícil superarla si es que ocurre y que, tomando en cuenta que el embarazo son sólo 9 meses y que los voy a pasar lejos de mi familia y amigos –y por lo tanto, no lo voy a poder compartir con ellos como lo hace la mayoría-, quiero que lo vivan conmigo a la distancia desde el primer momento.

Como ya habrán notado, cuando me referí a Alberto escribí DECIA y no dice…y es que si, con la emoción de la noticia, poco le faltó correr gritando por la oficina. Ahora Alberto DICE que si vamos a contarlo y yo no puedo estar más feliz por eso. Dicho esto, el plan es que, una vez que tengamos los resultados del examen de sangre –que, felizmente tendremos mañana-, empezaremos por decirle a nuestros padres y a mi hermano y de ahí, poco a poco, a nuestra familia y amigos.

Yo hasta el momento he logrado aguantarme y no he llamado a ninguna de mis amigas locales, ni siquiera a las que han sido mis confidentes en el proceso de querer tener un hijo). Y debo decir que no me ha costado tanto no hacerlo. No lo he hecho no sólo porque aún no tenemos el resultado del análisis de sangre - de hecho, no pienso hacerlo tampoco mañana cuando lo tenga-,  sino porque no quiero perder ninguna oportunidad de dar la noticia en persona (como para compensar por todas las veces que tendré que darla por skype y/o teléfono a la gente que más quiero). Así es que nuestros amigos de Budapest tendrán que esperar hasta que los veamos (¡pero obviamente voy a empezar a organizar formas de verlos!), se los diré sólo cuando pueda ver sus caras al darles la noticia y pueda sentir como se alegran por nosotros. 

Una cosa curiosa, por meses me he preguntado cómo le diría a mis papás y a mi hermano esta noticia y hoy, que finalmente ha llegado el momento de hacerlo, no puedo pensar en nada que me convenza. Creo que apostaré por skype y por la espontaneidad del momento, por lo que me salga del corazón, que seguro va a ser lo más sincero. Pero sea como sea que lo haga, auguro una buena dosis de lágrimas en ambos lados de la computadora. ¡Por fin tendremos nuestro primer hijo/nieto/sobrino!

PS: Para los interesados en la parte médica que se están preguntando cómo me siento, me siento bien, de hecho podría casi decir que no siento nada. Por ahí un hincón suave a la altura de los ovarios (sobre todo en el lado derecho) y un leve dolor de cabeza, pero nada más.

3 de Abril de 2012

[1] Búsqueda que me imagino merecerá un post especial en este recuento de mi embarazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario