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viernes, 13 de abril de 2012

Nuestra primera cita médica.


Hoy fue nuestra primera cita con el doctor. Debo reconocer que estaba un poco nerviosa desde la noche anterior. De hecho no dormí muy bien, mejor dicho, no dormí mucho. A las 5:40am me desperté (en una de mis cada vez más frecuentes visitas al baño) y terminé levantándome 20 minutos más tarde. Luego de una hora de dar vueltas y hacer cosas pendientes, regresé a mi cama y dormité por 30 minutos más. Una vez levantada –ahora si definitivamente- mientras me alistaba,  decidí ponerme la medallita que mi hermano le regaló al bebe (en ese momento aún no existente) en navidad (digo, si el regalo era para que se lo ponga a él y él está adentro mío, y la idea es que lo cuide, entonces me pareció apropiado ponérmelo yo, ¿lógico, no?).

Llegamos tempranito al consultorio (previa valeriana para Alberto). Nuestra cita era las 9:30am pero estábamos ahí desde las 9am. Para nuestra buena suerte el paciente anterior a nosotros no llegó y, luego de medirme la presión, preguntarme mi talla y mi peso, nos hicieron pasar rápidamente al consultorio del Dr. Kosztin, mi médico.

El doctor, que me conoce casi desde que llegué a Budapest y que sabía que queríamos un "hungarito", estaba contentísimo con mi embarazo (“Oh!! I am very glad!!”  decía a cada rato). Me hizo las preguntas típicas, y luego me hizo pasar al cambiador para prepararme para la ecografía. ¡Por fin íbamos a ver al bebe!

Todo salió bien, todo estaba como debía estar según el doctor pero para mí igual fue medio desilusionante. ¡Básicamente porque no vimos al bebe si no más bien a sus futuros aposentos!

Siempre he leído en todas partes –y de hecho es así según me confirmó el Dr. Kosztin- que las semanas de embarazo se cuentan desde el primer día del último periodo menstrual (y la fecha de parto se calcula para 40 semanas después de ese día). Así, aunque la concepción no ocurre normalmente en ese momento sino después -de hecho en mi caso ocurrió 19 días después-, yo tendría según esa teoría 6 semanas y 1 día y, por lo tanto, de acuerdo a lo que había leído, había la posibilidad de oír los latidos del bebe.  Bueno, resulta que esto no es tan definitivo como yo creía, sino que hay otros factores que definen el número de semanas. Uno de estos factores es el grado de desarrollo del embrión o del saco amniótico.

Por estos otros factores, mi ecografía indicó que tengo más bien entre 4 y 5 semanas de embarazo ya que se veía el saco amniótico pero aún estaba vacío (el doctor dijo que una vez que se vea el embrión y que lo pueda medir podrá dar con más precisión el número real de semanas). Yo sé (y lo sabía antes ir) que esto es normal porque ya me lo habían comentado algunas amigas pero  en el fondo de mi corazón albergaba la esperanza de poder escuchar los latidos del corazón de mi hijit@,  así como quien ya se relajaba un poco más con la tranquilidad de saber que una vez que se oyen los latidos, las posibilidades de que algo salga mal se reducen considerablemente. Pero ni modo, habrá que esperar 4 semanas más (¡que seguro se me van  a hacer un poco largas!) y tendré que tener en consideración para mis próximas lecturas que, al final, las semanas se pueden contar de más de una forma y teniendo en cuenta más de un factor. Eso sí, los cálculos del Dr. Kosztin y los míos estaban casi de acuerdo con respecto a la fecha posible de parto,  él dijo 7 de diciembre, yo digo 10 (bueno, no yo, mi aplicación que calcula en función a la fecha de concepción). Así que por ahí estamos.



Luego de la ecografía el doctor me dio las indicaciones básicas. No teñirme el pelo (cosa que no hago nunca…¡aunque no falte mucho para que empiece!), no pintarme las uñas, tener cuidado con el pescado - especialmente si es crudo-, tomar mis vitaminas siempre, hacer deporte moderado (¡dijo claramente que nada de kickboxing!), no tomar alcohol (pero dijo que una cerveza o una copa de vino tinto de vez en cuando no eran perjudiciales), no fumar, no tomar baños de tina calientes o ir a los baños termales de Budapest  y creo que nada más. Me gustaron sus indicaciones porque, si bien yo las sabía todas, fue bastante relajado al momento de darlas y no prohibió  dramáticamente casi nada (o al menos algunas cosas que se que algunos médicos prohiben). En ningún momento trató de asustarme sino todo lo contrario.

En algunas páginas web uno lee (o también escucha decir a la gente ) que hay que “dejar de tomar café”, “no comer queso feta”, “no comer nada crudo”, pero ni en Italia les prohíben el café a las italianas embarazadas ni en Grecia el queso feta a las griegas y no creo que en Japón dejen de comer sushi al 100% durante el embarazo (lo de Italia y Grecia lo sé por cierto, lo de Japón tendría que averiguarlo). Al final yo creo que el secreto está en tener cuidado, comer muy sano y estar atento pero sin ser extremista (ni obsesiva) en nada. Definitivamente no pienso comer sushi todos los días pero quizás luego de pasados los tres primeros meses me anime a comer un roll o a probar un poquito de ceviche o de tiradito de pescado (como he visto hacer a más de una mujer encinta); no comeré mi ensalada griega que tanto me gusta una vez a la semana como solía hacer pero un pedazo de queso feta una vez al mes tampoco creo que me vaya a matar (como no ha matado a alguna amiga comer queso no pasteurizado de vez en cuando). Lo mismo con el café, yo no soy especialmente cafetera y puedo prescindir de él pero mi café semanal con mi amiga Jessica en alguno de los hermoso cafés de Budapest seguro que me lo tomaré. Al final, bastantes de estas recomendaciones tienen mucho que ver con el país en el que nos toca estar embarazadas, con sus tradiciones y  cultura gastronómica (y lo mismo ocurre con el protocolo médico para el periodo de embarazo: los diferentes exámenes que se hacen a la mujer encinta varían de país a país -cosa que yo no sabía, pero esto ya será motivo de otro post).


Finalmente, el doctor me mandó unos análisis de sangre para la próxima semana y una cita con el oftalmólogo porque resulta que los problemas de visión también son típicos del embarazo y  es uno de los pocos síntomas que estoy sintiendo yo. Eso es todo por ahora, ¡más reportes médicos en 4 semanas! ¡así que paciencia (me lo estoy diciendo más a mi que a ustedes)!


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