Otros de los eventos ocurridos en este tiempo de “silencio
bloggero” fue la preparación (y realización) del baby shower. Giulia y yo nos fuimos a Lima y durante varios días
nos internamos en la casa de mis papás preparando todo para su primera fiesta.
Sólo quiero que Giulia sepa que fue un día lindísimo (de hecho fue uno de los
dos únicos días de sol que hubieron en los 14 días que estuve en Perú) y que
todo fue preparado con mucho cariño por sus abuelos, su tío Julio (y de paso
Gabriel y Carlos), sus tíos Pocho y Pocha, su bisabuela Mora y su mamá (y
también su tía Martha que colaboró con la preparación de pompones). Los
recuerditos fueron un regalo de Carol y fueron muy apreciados por todos,
sobre todo por los niños asistentes que se comieron muy contentos los marshmellows que estaban adentro. Yo
descubrí que cierta habilidad para las manualidades tengo, tampoco tanta (como
si la tienen mi mamá y mi hermano), pero si alguito. Al menos los topiarios de
cintas que eran mi tarea me quedaron lindos (tengo que decir que tampoco eran
tan difíciles). Así que, que no les extrañe que hayan topiarios en el próximo
cuarto de Giulia.
Giulia hizo una tímida aparición ese día, de no tener
nada de panza (o casi nada), ese día pase a tener un poquito más. Cierto es que la selección del vestuario no
fue casual y a propósito me puse algo que hiciera que se note más el embarazo…pero
igual, antes del 30 de Junio no se notaba NADA y ese día se notó algo. Giulia
sabía que era una fiesta en su honor.
Luego de llegada de vuelta a Budapest, llena de
regalos y cositas lindas que compré, me apareció un nuevo motivo de estrés…si,
es la de nunca acabar esto de los traumas y los estreses (a mi me habían dicho
que me la iba a pasar el embarazo con pánico pero no, yo no estoy asustada por
el parto –todavía-, ni por la llegada de Giulia –todavía-, a mí sólo me vienen
agobios y estreses felizmente pasajeros). Mi nuevo motivo de estrés era la
parte logística de todo esto.
Todo empezó cuando mi querida amiga Jessica,
organizadora de otro baby shower, me dijo
que estaba empezando a pensar en el asunto y en la organización y me preguntó
qué necesito (para que vaya viendo si aquí existen las listas de bebés o para
que, en todo caso, haga una lista yo y se la dé). Ahí me di cuenta que NO TENÍA
idea de qué necesito. Yo ya tenía la sospecha de que no tenía idea pero antes
del baby shower de Lima, siempre que me preguntaban qué me faltada me bastaba
con responder “necesito todo porque no tengo nada” pero la verdad es que no era muy consciente
de qué era TODO, sólo estaba plenamente segura de que no tenía NADA. Por alguna
razón pensé que luego del baby shower
de Lima sabría que necesitaba…pero no, seguía igual de perdida con respecto a
lo que necesita un bebe (de hecho, descubrí luego de ver la ropita tan linda que
nos regalaron que ni siquiera tenía idea de cómo se vestía a un bebe, quiero
decir, qué cosas se le ponen y en qué orden ni cuántas veces se les tiene que
cambiar en el día). Lo que sí, aprendí que se necesitan colchas, baberos,
babitas, medias, toallas y un montón de cosas que ya tengo porque me las
regalaron, pero seguía sin saber sobre todas las cosas que NO TENGO.
Los que me conocen, saben que yo soy la reina de la
organización, de la logística y que me encanta hacer listas y cuadros
comparativos de TODO en Excel. Esta vez no tenía ni media lista, ni medio
cuadro de nada en ninguna parte…y una de las razones básicas era porque no
sabía qué poner en mi lista. Una “no madre” no se da cuenta (o al menos no del
todo) de la cantidad de cosas en las que hay que pensar ante la llegada de un
hijo. Hay un montón de información que procesar, no sólo por el hecho mismo de
estar trayendo un hijo al mundo y de estar llevándolo dentro y de todos los
cambio físicos, hormonales y de todo tipo que se van dando y que se vienen en
el futuro sino que incluso en las cosas más básicas y mundanas hay miles de
cosas que tomar en cuenta. Miles de artefactos y chucherías que se necesitan
(sin contar que descubrir qué es lo que en verdad se necesita es otro tema
porque el mercado te quiere hacer creer que necesitas todo), algunos de los
cuales al final también dependen del tipo de madre que quieres ser (por ejemplo
de cuál sea tu plan con respecto a la lactancia) y que, por lo tanto, te
obligan a pensar también en eso. Es todo un mundo nuevo para quienes no hemos
tenido tanto contacto con bebes (en mi caso, hasta había ido no hace mucho a
acompañar a una amiga húngara a comprar las últimas cositas que le faltaban antes
del nacimiento de su hija, y si, cuando salí de las tienda salí medio traumada
con la cantidad de cosas que había que se necesitan pero nunca procesé…hasta
que no te toca ser tú la que tiene que comprar como que no procesas…al menos yo
no lo hice hasta ahora).
Además, mientras me agobiaba por la lista, me vino
también a la mente que hay varios temas que tengo que empezar a discutir con mi
médico y que hasta ahora no había tocado (cosas como asegurarme que el hospital
en el que voy a dar a luz es el que yo creo, preguntarle si me van a dejar
tener a Giulia en el pecho inmediatamente luego del parto, averiguar sobre las
opciones de almacenamiento de la sangre del cordón umbilical por si lo hacemos,
preguntar sobre las clases prenatales, etc.) y que la fecha para mi posible
mudanza se acerca y no habíamos buscado departamento nuevo ni coordinado con la
oficina de Alberto. Y así me empecé a acordar de varias cosas más que tenía que
hacer y que no había hecho o empezado a pensar si quiera. Y me agobié. Yo que
suelo ser bien calma y todo lo soluciono con mis listas, simplemente me agobié.
Todo me parecía complicado, ya no quería ni mudarme, ya no quería nada. Una vez
más, las hormonas en acción.
Felizmente el agobio me duró poco y, como me dijo mi
mamá que pasaría, me calmé, creé mi archivo de Excel y empecé con mis listas. La
lista de las cosas de la bebe fue lo más fácil obviamente. A mi auxilio
llegaron el file de Excel de una
amiga peruana que fue madre no hace mucho aquí en Budapest (file que de hecho ya tenía desde hace
meses pero como que no le estaba haciendo caso, primero porque veía lejano lo
de tener que preocuparme por esas cosas y luego porque estaba tan agobiada que
no me daban ni ganas de solucionar mi agobio…típico de cuando una tiene mil
cosas que hacer y se estresa tanto que al final no hace ninguna), mi amiga
Gladys de Lima (¡Gracias Gladys!) y obviamente internet. Ya tengo mi lista
hecha y ahora que sólo tengo que comprarme lo que me falta estoy mucho más
tranquila. ¡Check!
El tema de la búsqueda de casa también lo solucioné
relativamente fácil. Aún no tengo casa nueva pero la verdad bastaba con mandar
un par de correos electrónicos para que todo empiece a moverse y ya tenemos un
candidato bastante fuerte. Así que si la mudanza se da, ya tengo presupuesto
para que me ayuden a empacar y desempacar (normalmente lo haría yo pero si me
pasa lo que me pasó cuando desempaqué cuando llegamos, que de emocionada quise
tener mi casa lista en un día y luego no me pude mover una semana del dolor de cintura,
creo que me muero…o Alberto me mata), potencial departamento nuevo, y algunas
posibles opciones más en el camino. ¡Check!
Quedaba (y medio que sigue quedando) el tema del
médico y lo relacionado al parto. Ahí también me di cuenta que ni siquiera
sabía qué es lo que tenía que preguntar respecto al parto. Yo había leído en
muchos lados lo del plan de parto y veía que muchas mujeres tienen bastante
claro cómo quieren que sea su parto (con un detalle realmente sorprendente), yo
no tenía idea. A mí me preocupaba sólo que pongan a Giulia en mi pecho apenas
nazca, antes de limpiarla siquiera, que haya epidural a la mano por si decido
usarla y que no usen fórceps porque me dan miedo. Luego de eso, para mí la cosa
era bien simple: me venían los dolores, iba al hospital y luego de algunas
(pocas, esperemos) horas tenía a mi hijita conmigo. Para ayudarme con este tema
apareció mi profesora de yoga prenatal, ella me dijo un montón de las cosas que
uno puede pedir, que debe averiguar si se pueden hacer en el hospital al que yo
voy a ir, etc. Ahora la tengo un poco más clara, aún no se si todo lo que ella
me dijo es importante para mí pero si estoy más convencida que nunca de la
importancia de lo que estoy aprendiendo en mi clase de yoga. Aunque a este
punto todavía no le puedo poner “check” porque es “work in progress” y lo será hasta el último momento supongo pero si
estoy más tranquila porque ya sé más o menos por qué camino debo de andar, qué
es lo que debo averiguar y ya empecé a hacer una lista y a leer algunas cosas
que me están aclarando el panorama respecto al parto (¿ustedes sabía que
existía una posición óptima para el feto al momento del parto (más allá de que
esté de cabeza)? Pues yo no y ahora ya sé y sé también como ayudar para lograrla
y tener un parto corto) y respecto a cómo hacerlo una linda experiencia y no un
episodio traumático. ¡Casi check!
Para terminar, les cuento que exactamente el día que
cumplí 19 semanas, sentí por primera vez a Giulia en mi panza. No fueron
pataditas sino burbujas, como si fueran gases (si, ya se, bien poco romántico)
y debo decir que luego si sentí como dos suaves empujones (que Alberto también
sintió porque aunque eran la 1:30 de la mañana lo desperté para que sintiera y
estar segura que no eran ideas mías y que no me lo estaba inventando). Luego de
eso la he sentido algunas veces más, pero casi siempre como burbujas, cosa que
es normal a estas alturas y más normal aún teniendo placenta anterior, como es
mi caso. Así que estoy esperando ansiosa que se haga más presente…espero
sentirla más ahora que oficialmente estamos ya a mitad de camino.
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